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Comentarios de la psicología de una magnifica final de bolos

Joaquín Díaz

Psicólogo del Deporte, Presidente Federación Española de Psicología del deporte

Todos los deportistas de alto rendimiento utilizan estrategias mentales para afrontar las competiciones. Algunos reciben entrenamiento en las técnicas psicológicas adecuadas y otros, la mayoría, lo hacen de una forma intuitiva. Una minoría acierta en sus estrategias y la mayoría no logra esa precisa actuación mental.

Los aficionados a los bolos hemos asistido a una extraordinaria final del Campeonato Regional. Dos auténticos fenómenos que han jugado hasta la última bola de poder a poder y en la que cualquiera de los dos era merecedor de ser el campeón de Cantabria. Dos jugadores diferentes, con edades diferentes, con distinto palmares, con trayectoria deportistas incomparables y con estilos heterodoxos. El estilo es la personificación de la técnica. Ni Jesús Salmón, ni Víctor González tiene estilos como marcan los puristas. No hay ningún jugador de bolos que antes las mismas demandas técnicas respondan de forma igual. Tampoco mentalmente todos responden igual ante los diferentes momentos del juego. Salmón es un jugador más rápido, más intuitivo, más experimentado. Víctor es más lento, más metódico, mas organizado en sus rutinas competitivas. A los dos les va muy bien. Si en la final del campeonato de España de Treceño, Jesús consiguió el título con una última bola magistral con la que hizo 10 bolos (4+6) en este título regional fue Víctor González el que supo aguantar la presión y esperar su oportunidad para superar el campeonísimo.

Una de las ventajas del tricampeón regional es, en mi opinión, su fortaleza mental, aparte de unas condiciones físicas inmejorables para el deporte. Víctor, posiblemente sea el jugador de bolos con mejores condiciones físicas generales de la historia de los bolos. Su trabajo mental durante la competición, en los aspectos observables desde la grada, es notable. Realiza unas rutinas muy precisas en la fase de espera y de lanzamiento. La técnica de realización de rutinas en una deporte de espera como los bolos es fundamental. Cuando no hay actividad física la mente es la que más funciona; se piensa en jugadas, se adelantan resultados, se recrean jugadas pasadas, se cavila en el error, se rumia en las realizaciones del rival…etc. En los momentos de espera es primordial pensar bien y estar concentrado, No distraerse y pensar en negativo y mucho menos en jugadas eeroneas anteriores. Víctor tiene una serie de rutinas muy apropiadas para conseguir ese estado de concentración: se echa agua en las manos, se seca, se acomoda la ropa y el cuello de la camisa, mira una pulsera de abalorios con la que se abstrae, se levanta con energía y siempre antes de que la última bola del rival haya caído. Siempre las mismas rutinas y siempre durante toda la competición, como deben ser las rutinas. En la espera del tiro se abstrae mirando las bolas preparadas, sin mirar a la grada y sin alterarse con aplausos y rumores de los espectadores.

Es un jugador que compite y Juega con mucho equilibrio y un ritmo de juego muy adecuado. Juega cada bola con intención y con la estrategia requerida en cada momento. La estrategia es la alteración de la táctica cuando la ocasión lo requiere y esta capacidad necesita calma y reflexión, que se consigue con la  técnica psicológica del auto dialogo interno.

Otro de los aspectos mentales más trascendentes que deben manejar los jugadores de bolos para afrontar adecuadamente la alta competición es el manejo del error, de la bola con mal resultado. En un deporte como los bolos donde existen 48 ocasiones de fallar en un concurso, el correcto manejo de esos fallos es fundamental. En este aparatado los bolos son mentalmente muy exigentes y tremendamente crueles y el manejo de la ansiedad ante una bola queda o ante un parcial exiguo requiere un importante entrenamiento psicológico del jugador. En el lenguaje gestual de ambos campeones no aparecen signos de pérdida de la concentración y la sensación que transmiten es de una gran confianza en saber cómo resolver esas situaciones. Los psicólogos llamamos a esa capacidad; autoconfianza verdadera, es decir; la seguridad del jugador de tener las formas técnicas, tácticas y estratégicas adecuadas para resolver esas situaciones. Unido a este manejo correcto de los errores está el control de las emociones. Quizás las más desfavorable en los bolos son el enfado y el miedo, el miedo a fallar. Tanto Víctor como Jesús son dos grandes competidores que juegan en positivo, es decir; a tirar bolas bien trabajadas, bien jugadas -también mentalmente-, y no juegan, no tiran bolas  para no fallar. Principalísimo factor mental.

Los jugadores de bolos, como ocurre con otros deportistas, comienzan a valorar el entrenamiento psicológico, el entrenamiento de las técnicas mentales para conseguir mejores rendimientos deportivos y un adecuado bienestar psicológico. Algunos ya son conscientes de ello y se entrenan expresamente, otros lo hacen de forma instintiva, sin ser muy conscientes de ello. En los próximos años, ante finales tan ajustadas como la del Campeonato Regional 2020, el jugador con un mejor entrenamiento mental tendrá ventaja sobre el que no lo tenga ya que incluso sin haber conseguido  ganar se sentirá mucho mejor anímicamente, pues sabrá responder psicológicamente a la no consecución del título. Enhorabuena a los campeonísimos. Nos habéis produjo un enorme placer con vuestro juego.